viernes, 7 de octubre de 2011

POEMAS DE UN CASO VERIDICO



Descubriendo un vicio
Melancolía de tarde que me atrapas en viernes
Letras amables que se desmotivan y pierden
¿Qué ha sido de mi? Que la nube ha vuelto
Tristeza menguante, corónate a diario
Descubro sentado, con días por tiempos
Nada me atrapa, todo lo suelto
Melancolía de tarde, tan amigable te siento
No hay diferencia, de pesar o de sueño
Unos que nacen, otros que han muerto
Que la poesía, la prosa o el verso
Que la risa, y la pena no duela
Que la tarde sea día, que mis días sean tus líneas
Alcánzame no tardes, que me voy, que envejezco
Melancolía de tarde, esa que no suelta
Llévame en tu maltrato que apunta la sombra
Dispara en horas la eternidad siempre sola
Pero melancolía de tarde, no te hagas costumbre
Ni te vuelvas mi vicio ni me hagas tu experto.



MUERTE DE OTOÑO

Subía el árbol que daba manzanas
Con una capota roja colgando, gritando hacia arriba
Que no subía, ni crecía, mi infancia torpe tan lenta
Nunca trepaba el árbol tan grande que daba manzanas
Ni por volar, ni a brincos mi capa ayudaba
 El sudor me sangraba, el calor no daba cuartel
Llego el oso polar que en otoño con gafas sonriendo me dijo:
-          Niño de capa, montas un árbol como una dama
-          Sube sin miedo, no mires abajo, escurre, araña,
-          Patrañas obscenas, le contestaba,
-          El árbol no rueda, ni escupe manzanas, las suelta y se alocan
-          Ponte tan cómodo, tira la capa, revuelca tu espíritu
-          Inventa un fruto que no sean manzanas,
-          Navega en troncos  virtuales, no escales lo fácil
El oso polar que con gafas me hablaba, subió a su moto
Que mata la raya absurda, que loco me deja con las patas colgadas
Mi rostro en el árbol que daba manzanas sigue pensando
En acortar la distancia entre capas y gafas, en sueños y hechos
Entre otoño e invierno, entre osos que hablan.