Todas las noches son más difíciles que las anteriores, quizá
algunas más frías y sumamente dolorosas, sin embargo el proceso de cambio llegó
a mí sin duda alguna, los cambios duelen y sobre todo rompen con eso tan
arraigado a lo que he reconocido como un ego infinito.
Curioso mientras más decides cambiar llevando contigo el
poder de la honestidad en ti, para ser una persona totalmente transparente en
busca de una real e intensa felicidad alejada de la monotonía y pequeñas dosis
de felicidad artificial, justo cuando quieres dar ese cambio, aparece la trampa
de la mente que te cuela a un pasado maravilloso o un futuro aterrador que te
confronta ante tu persona y tus decisiones.
He replanteado mi metamorfosis a varias personas que considero tienen un
estima importante hacia mí, y también a un par de desconocidos con la intención
de conocer su punto de vista sin una contaminada percepción mía, a la mayoría les
sorprende, sin embargo no consideran que sea un cambio en absoluto bueno y
mejor, ya que lo ven como una actividad traumática para salir de un estado
depresivo.
Lo curioso es que a mis ya casi 32 años nunca había querido
tanto un cambio en mi persona que hiciera consciente muchas de mis aberraciones
naturales que había venido arrastrando a lo largo de los años, tal vez no sea
notorio para la mayoría pero por primera vez en mucho tiempo buscaré la
tranquilidad de mi propia persona que abraza mi alma y cobija mis tramposos pensamientos.
Dejar de lado a lo que amarra al recuerdo, e inunda una
esperanza próxima a ser feliz , quizá ahora es una enorme atadura que puede
irse descociendo poco a poco, no con ayuda de nadie o de algo, no con tiempo ni
espacio, no con ocupaciones o proyectos; este proceso debe de ser totalmente
transparente y honesto , un proceso que cure y aligere de manera paulatina en
lo más recóndito, que me permita disfrutar conmigo el día a día, y que en ese
estado la vida se reconcilie conmigo por tantas cosas bellas que ha puesto en
mi camino.
Hoy doy por entendido que las lecciones de nuestro
crecimiento personal son únicas y verdaderas, a veces tardan en llegar, y
agradezco infinitamente que haya sido a esta edad, en este proceso, en este
tiempo, en esta etapa, pues golpes de cambio son los que hacen a uno
proyectarse ante la más infinita paz y amor propio para después emanar paz,
amor y templanza a la gente que nos rodea.