viernes, 5 de mayo de 2017

Gonzo



Tenía aproximadamente 2 semanas sin poder escribir una nueva entrada para mi blog, pues entre las múltiples cosas que me han surgido, así como las nuevas y viejas ocupaciones me llevaron a vivir en un extremo devenir esas últimas semanas , pero ya ando por aquí, como cada viernes subiendo un nuevo escrito para todos aquellos que de alguna manera desean regalarle a su mente un poquito de análisis, reflexión y quizá hasta buena ondita, es por eso que les regalo este pequeño cuento. Disfrútenlo.

Gonzo era un tipo amable, y digo que era pues con el paso del tiempo comenzó a inquietarse por todo lo que le rodeaba, empezó por salpicarse de la política, para después ver por las noches el resumen deportivo y enojarse porque cada equipo favorito de su preferido deporte había perdido, o simplemente había hecho algo mal, por lo regular llegaba a su casa abría el refrigerador, tomaba una rebanada de jamón y la ponía en un pan blanco , él le llamaba cena, pero en realidad era la costumbre por no dormir con el estómago vacío.

Con el paso del tiempo Gonzo se dió cuenta que ya era tiempo de conocer una mujer y aunque de cierta manera era consciente de que no tenía muchas veces tiempo, sentía esa enorme necesidad de ocupar algunas noches para ir al cine, salir a beber un par de cervezas y convivir con alguien que fuese su equilibrio, y así todas las mañanas después de sentarse un rato en ese bonito escritorio de su oficina, miraba por el monitor y comenzaba a “scrollear” la pantalla para leer las noticias del día a día de cada uno de sus contactos de Facebook, entre ellos observaba el amigo emprendedor dando consejos de < Venga , no pierdas tu tiempo con un jefe, lucha y sal por tus sueños”> ( a la mierda que se cree este tipo, si ni siquiera le conozco un negocio y se la pasa subiendo sus imágenes de emprendedores), así taladreaba esa vocecilla violenta en la mente del buen gonzo, misma que apenas iba calentando, le gustaba suspirar cuando veía a esas parejas enamoradas etiquetadas cada 10 minutos con 29 fotografías de su grato momento en el gym ( en que maldito momento hacen ejercicio, se ve que ella no lo quiere, claro está feo pero tiene buen cuerpo ).

Gonzo ya llevaba alrededor de 15 minutos de su mañana frente al monitor, peleaba un poco con los activistas de cualquier partido político, con el godin acalorado, la mujer despechada, el egocéntrico talentoso, el villamelon championsero, pero el que más lo podía poner de malas era “El Gandhi de pacotilla “, según gonzo era aquella persona que siempre deseaba buenas vibras, y su único objetivo era hacer de este planeta un mundo mejor, de hecho le dedicaba tiempo en especial para mirar cada uno de sus post, sus fotografías, cada palabra, cada acción era analizada meticulosamente para intentar descubrir la falsedad de los actos de Gandhi de pacotilla, sabía que no podía existir tanta felicidad reunida en una sola persona, que las cosas no le pueden salir a bien siempre, y así con un poco de mala vibra ponzoñosa observaba la vida de aquel extraño personaje.

Después de su primer hora, era necesario tomar café, pues gonzo sabía que el café daba energías y el necesitaba muchas para poder soportar lo que a su alrededor sucedía, llenó su taza de café de Pink Floyd, la puso a un lado de su computadora, coloco aquel viejo libro de la universidad que no ha podido terminar de leer, puso un bello bolígrafo de color plata que su señor padre le había regalado el día en que Gonzo egreso con honores de la escuela internacional bancaria, justo ahí teniendo la composición perfecta saco de su bolsillo un celular nuevo de alta gama con 32 megapíxeles en la cámara trasera y 18 en la frontal, limpio el lente del celular mismo que estaba protegido por una funda de los acereros de Pittsburg justo ahí observó que nadie lo mirara y tomo una hermosísima fotografía, inmediatamente abrió Instagram, busco el filtro perfecto, y entre comillas “Todas las mañanas mi espíritu se libera con café y literatura” #ViveIntensamente.

Después de subir la foto a todas sus redes sociales posibles, comenzó a trabajar, a los 10 minutos volvió a entrar a Facebook para mirar cuantos likes y súper mega likes llevaba su fotografía, se dio cuenta que ya eran 10, entre ellos su mamá, su tía, sus 2 primas que viven en Europa,  el amigo al que hace tiempo no ve pero siempre lo laikea , el comenzó a sentirse feliz, eso al buen gonzo lo ponía feliz.

Así pasaba el tiempo, entre la hora de comer y el espacio para salir de trabajar eran las horas más pesadas, pues todos los días necesitaba un acelerador de tiempo que lo ayudara a disfrutar esas 3 horas restantes para salir del inmaculado despacho que llevaba 45 años de tradición . Siempre que subía a su automóvil se aseguraba que el bluetooth se conectara con su celular, posteriormente abría spotify y buscaba esa lista de reproducción de Reggaetón que tanto lo ponía de buenas, iba por las calles cantando cosas como “Felices los 4” o estoy enamorado de mis 4 beibis . Mientras recorría la ciudad trazaba un mapa mental de los lugares a los que tenía que ir antes de llegar a su casa, entre ellos el cine, preguntar sobre la membresía en el gimnasio , hacer el súper, o simplemente ir por una cerveza, por lo regular  tomaba la decisión de ir por esa fría y sola cerveza, llegaba a la barra, pedía una Negra Especial, helada, que temblara, le daba el primer trago y miraba la pantalla del bar, mientras al mismo tiempo de su saco color azul sacaba el gran celular de alta gama, era tiempo de dedicarle un rato a la bella tarea de leer lo que la demás gente comparte, y por lo regular en la tarde se encontraba con el “Depretonto” y era ese contacto de Facebook que ponía cosas de amor y dolor, buscando el consuelo a través de sus post de Facebook para que una mujer, ex mujer, amiga, ex amiga, pareja, ex pareja, lo que fuese lo rescatara de su pestilente soledad, de pronto le gustaba leer a la  “BEBERAMA “ era una mujer que a diario tenía la oportunidad de beber, de convivir, de manipular a sus conocidos para que pudieran salir de fiesta,  sin embargo gonzo no se podía permitir darle un like o un “ me encanta “ a las publicaciones de sus contactos pues su status quo era distinto, y su ritmo de vida era aún más increíble que el de los demás, fue justo que se quitó el reloj plateado con incrustaciones de swarosky y un motor alemán de 8 tiempos, lo puso a un lado de su cerveza, con la mano izquierda sujetaba la cerveza y con la derecha tomaba esa buena fotografía a la que el título en Instagram “Disfruta el tiempo en lo que te haga feliz “.

Gonzo terminó su cerveza, subió a su automóvil del año, con interiores color camello, pues el siempre describía el camello como un color, no me reclamen a mi díganselo a gonzo, y manejo hasta su casa, llegó, abrió el refrigerador, se sirvió una rebanada de jamón en un pan blanco y encendió el televisor, recostado comenzó a ver que sus 28 equipos favoritos habían perdido , el simplemente quedo dormido en el sofá sin saber nada hasta despertar al siguiente día.

Por la mañana mientras gonzo tomara un baño, miró en su celular, 30 llamadas perdidas de su mamá, en ese momento tomo el teléfono y le marco, el soltó de sus manos aquel enorme celular de 32 megapíxeles y azotó el suelo, el padre de Gonzo había muerto de un infarto.

Así actúa la vida, ante la mentira y la monotonía , te sacude y te derrumba, te golpea, te aniquila, te lleva hasta lo profundo de tus emociones con la intención de ayudarte a despertar o empujarte a morir, para dictarte al oído las palabras de aliento ante tu nuevo caos, para invitarte a crear una realidad personal que en verdad te haga feliz.

Hoy en día todos llevamos un gonzo dentro, enganchándonos en las vidas de los demás, provocando un enorme grado de frustración misma que se origina por la falta de sentido del aquí y el ahora, criticamos, retamos, amenazamos, envidiamos, pero jamás somos honestos con esta vida que nos toca vivir, hasta que la parte oscura aparece en nosotros, hay quienes pierden a un ser querido, los despiden del trabajo de años, perdió todo en su negocio, el amor de su vida se fue con otro, le diagnosticaron cáncer , le robaron el automóvil, en fin, son tantas cosas y de tantas maneras en que la vida nos enseña que no somos ni mejores ni peores que nadie pues esta es la única vida que te toco vivir.


Hoy Gonzo prácticamente no tiene nada, pues después de la muerte de su padre las deudas aparecieron por todos lados, tuvieron que vender  todo, a diario todas las mañanas vende jugos en una hermosa esquina debajo de un enorme árbol, después de terminar con su vendimia, checa como va su tienda en línea de bolígrafos, y todos los días a las 7 de la noche va a recoger a su novia que trabaja en una tienda departamental, la misma donde su padre le compró aquel bolígrafo que le regaló el día de su graduación .