Tenía
aproximadamente 2 semanas sin poder escribir una nueva entrada para mi blog,
pues entre las múltiples cosas que me han surgido, así como las nuevas y viejas
ocupaciones me llevaron a vivir en un extremo devenir esas últimas semanas ,
pero ya ando por aquí, como cada viernes subiendo un nuevo escrito para todos
aquellos que de alguna manera desean regalarle a su mente un poquito de análisis,
reflexión y quizá hasta buena ondita, es por eso que les regalo este pequeño
cuento. Disfrútenlo.
Gonzo era un tipo
amable, y digo que era pues con el paso del tiempo comenzó a inquietarse por
todo lo que le rodeaba, empezó por salpicarse de la política, para después ver
por las noches el resumen deportivo y enojarse porque cada equipo favorito de
su preferido deporte había perdido, o simplemente había hecho algo mal, por lo
regular llegaba a su casa abría el refrigerador, tomaba una rebanada de jamón y
la ponía en un pan blanco , él le llamaba cena, pero en realidad era la
costumbre por no dormir con el estómago vacío.
Con el paso del
tiempo Gonzo se dió cuenta que ya era tiempo de conocer una mujer y aunque de
cierta manera era consciente de que no tenía muchas veces tiempo, sentía esa
enorme necesidad de ocupar algunas noches para ir al cine, salir a beber un par
de cervezas y convivir con alguien que fuese su equilibrio, y así todas las
mañanas después de sentarse un rato en ese bonito escritorio de su oficina,
miraba por el monitor y comenzaba a “scrollear” la pantalla para leer las
noticias del día a día de cada uno de sus contactos de Facebook, entre ellos
observaba el amigo emprendedor dando consejos de < Venga , no pierdas tu
tiempo con un jefe, lucha y sal por tus sueños”> ( a la mierda que se cree
este tipo, si ni siquiera le conozco un negocio y se la pasa subiendo sus imágenes
de emprendedores), así taladreaba esa vocecilla violenta en la mente del buen
gonzo, misma que apenas iba calentando, le gustaba suspirar cuando veía a esas
parejas enamoradas etiquetadas cada 10 minutos con 29 fotografías de su grato
momento en el gym ( en que maldito momento hacen ejercicio, se ve que ella no
lo quiere, claro está feo pero tiene buen cuerpo ).
Gonzo ya llevaba
alrededor de 15 minutos de su mañana frente al monitor, peleaba un poco con los
activistas de cualquier partido político, con el godin acalorado, la mujer
despechada, el egocéntrico talentoso, el villamelon championsero, pero el que más
lo podía poner de malas era “El Gandhi de pacotilla “, según gonzo era aquella
persona que siempre deseaba buenas vibras, y su único objetivo era hacer de
este planeta un mundo mejor, de hecho le dedicaba tiempo en especial para mirar
cada uno de sus post, sus fotografías, cada palabra, cada acción era analizada
meticulosamente para intentar descubrir la falsedad de los actos de Gandhi de
pacotilla, sabía que no podía existir tanta felicidad reunida en una sola
persona, que las cosas no le pueden salir a bien siempre, y así con un poco de
mala vibra ponzoñosa observaba la vida de aquel extraño personaje.
Después de su
primer hora, era necesario tomar café, pues gonzo sabía que el café daba energías
y el necesitaba muchas para poder soportar lo que a su alrededor sucedía, llenó
su taza de café de Pink Floyd, la puso a un lado de su computadora, coloco
aquel viejo libro de la universidad que no ha podido terminar de leer, puso un
bello bolígrafo de color plata que su señor padre le había regalado el día en
que Gonzo egreso con honores de la escuela internacional bancaria, justo ahí teniendo
la composición perfecta saco de su bolsillo un celular nuevo de alta gama con
32 megapíxeles en la cámara trasera y 18 en la frontal, limpio el lente del
celular mismo que estaba protegido por una funda de los acereros de Pittsburg justo
ahí observó que nadie lo mirara y tomo una hermosísima fotografía,
inmediatamente abrió Instagram, busco el filtro perfecto, y entre comillas “Todas
las mañanas mi espíritu se libera con café y literatura” #ViveIntensamente.
Después de subir
la foto a todas sus redes sociales posibles, comenzó a trabajar, a los 10
minutos volvió a entrar a Facebook para mirar cuantos likes y súper mega likes
llevaba su fotografía, se dio cuenta que ya eran 10, entre ellos su mamá, su tía,
sus 2 primas que viven en Europa, el
amigo al que hace tiempo no ve pero siempre lo laikea , el comenzó a sentirse
feliz, eso al buen gonzo lo ponía feliz.
Así pasaba el
tiempo, entre la hora de comer y el espacio para salir de trabajar eran las
horas más pesadas, pues todos los días necesitaba un acelerador de tiempo que
lo ayudara a disfrutar esas 3 horas restantes para salir del inmaculado
despacho que llevaba 45 años de tradición . Siempre que subía a su automóvil se
aseguraba que el bluetooth se conectara con su celular, posteriormente abría
spotify y buscaba esa lista de reproducción de Reggaetón que tanto lo ponía de
buenas, iba por las calles cantando cosas como “Felices los 4” o estoy enamorado
de mis 4 beibis . Mientras recorría la ciudad trazaba un mapa mental de los
lugares a los que tenía que ir antes de llegar a su casa, entre ellos el cine,
preguntar sobre la membresía en el gimnasio , hacer el súper, o simplemente ir
por una cerveza, por lo regular tomaba
la decisión de ir por esa fría y sola cerveza, llegaba a la barra, pedía una
Negra Especial, helada, que temblara, le daba el primer trago y miraba la
pantalla del bar, mientras al mismo tiempo de su saco color azul sacaba el gran
celular de alta gama, era tiempo de dedicarle un rato a la bella tarea de leer
lo que la demás gente comparte, y por lo regular en la tarde se encontraba con
el “Depretonto” y era ese contacto de Facebook que ponía cosas de amor y dolor,
buscando el consuelo a través de sus post de Facebook para que una mujer, ex
mujer, amiga, ex amiga, pareja, ex pareja, lo que fuese lo rescatara de su
pestilente soledad, de pronto le gustaba leer a la “BEBERAMA “ era una mujer que a diario tenía
la oportunidad de beber, de convivir, de manipular a sus conocidos para que
pudieran salir de fiesta, sin embargo
gonzo no se podía permitir darle un like o un “ me encanta “ a las
publicaciones de sus contactos pues su status quo era distinto, y su ritmo de
vida era aún más increíble que el de los demás, fue justo que se quitó el reloj
plateado con incrustaciones de swarosky y un motor alemán de 8 tiempos, lo puso
a un lado de su cerveza, con la mano izquierda sujetaba la cerveza y con la
derecha tomaba esa buena fotografía a la que el título en Instagram “Disfruta
el tiempo en lo que te haga feliz “.
Gonzo terminó su
cerveza, subió a su automóvil del año, con interiores color camello, pues el
siempre describía el camello como un color, no me reclamen a mi díganselo a
gonzo, y manejo hasta su casa, llegó, abrió el refrigerador, se sirvió una
rebanada de jamón en un pan blanco y encendió el televisor, recostado comenzó a
ver que sus 28 equipos favoritos habían perdido , el simplemente quedo dormido
en el sofá sin saber nada hasta despertar al siguiente día.
Por la mañana
mientras gonzo tomara un baño, miró en su celular, 30 llamadas perdidas de su
mamá, en ese momento tomo el teléfono y le marco, el soltó de sus manos aquel
enorme celular de 32 megapíxeles y azotó el suelo, el padre de Gonzo había muerto
de un infarto.
Así actúa la
vida, ante la mentira y la monotonía , te sacude y te derrumba, te golpea, te
aniquila, te lleva hasta lo profundo de tus emociones con la intención de
ayudarte a despertar o empujarte a morir, para dictarte al oído las palabras de
aliento ante tu nuevo caos, para invitarte a crear una realidad personal que en
verdad te haga feliz.
Hoy en día todos
llevamos un gonzo dentro, enganchándonos en las vidas de los demás, provocando
un enorme grado de frustración misma que se origina por la falta de sentido del
aquí y el ahora, criticamos, retamos, amenazamos, envidiamos, pero jamás somos
honestos con esta vida que nos toca vivir, hasta que la parte oscura aparece en
nosotros, hay quienes pierden a un ser querido, los despiden del trabajo de
años, perdió todo en su negocio, el amor de su vida se fue con otro, le diagnosticaron
cáncer , le robaron el automóvil, en fin, son tantas cosas y de tantas maneras
en que la vida nos enseña que no somos ni mejores ni peores que nadie pues esta
es la única vida que te toco vivir.
Hoy Gonzo prácticamente
no tiene nada, pues después de la muerte de su padre las deudas aparecieron por
todos lados, tuvieron que vender todo, a
diario todas las mañanas vende jugos en una hermosa esquina debajo de un enorme
árbol, después de terminar con su vendimia, checa como va su tienda en línea de
bolígrafos, y todos los días a las 7 de la noche va a recoger a su novia que
trabaja en una tienda departamental, la misma donde su padre le compró aquel bolígrafo
que le regaló el día de su graduación .