Suena extraño, difícil
o quizá muy metafórico, pero, ¿cuántos
estamos acostumbrados a perder?, me parece que ninguno, desde pequeños fuimos
criados para ganar, ser un potente ser humano que jamás sea derrotado, que
tenga la enorme capacidad de salir victorioso en cualquier competencia, concurso,
batalla, en el amor, en el trabajo, en el tráfico, en los negocios, en
cualquier ámbito debemos salir triunfantes.
Perder es sinónimo
de fracaso, Ganar es sinónimo de éxito, los humanos “aman” a la gente exitosa,
sienten una terrible atracción por aquello que emana victoria , aunque curioso
o paradójicamente mientras más éxito tienes, la vida te va acurrucando en su
manto perfecto de soledad y rodeado de una enigmática envidia social. Hace poco
vi un comentario del actor americano Jim Carrey, en donde decía “Ojala todos
pudieran ser exitosos y millonarios para que se dieran cuenta que eso no es la
felicidad “ .
Y entonces si eso
no es la felicidad, y si las personas exitosas no son felices que nos lleva a
ese extraño mundo desconocido evocado por la palabra “Feliz “ . Me parece que
en ese trayecto radica la importancia del “ Perder” como una antesala al
crecimiento personal, es justo ahí donde inicia la mágica transformación.
Piénsalo bien, imagínate
eres la persona que siempre ha soñado; rodeado de muchos logros personales,
profesionales, sociales, culturales, eres un ejemplo inspiracional para nuestra
generación y las anteriores, eres el modelo perfecto, un equilibrio justo en
este planeta, todo en ti es victoria, hueles a éxito, sabes a logro, tu sonrisa
motiva, tu vibra sacude hasta al mayor pesimista, hoy todo lo que has logrado
es gracias a ti, y nada más que a ti. Justo en el momento más enérgico de tu
existencia, en la cúspide de tus logros aparece un terrible suceso, el padre de
tu mejor amigo ha muerto, el abuelo de uno de tus colegas y amigos que lo
quieres como un hijo ha fallecido, el
amor de tu vida acompañada de una sonrisa color marrón desapareció, tu socio ha
perdido la confianza en ti, la gente que te rodea comienza a comentar que en
realidad les das miedo, tu familia te observa como un extraño sin entender por
qué te has convertido en eso a lo que tu llamas éxito. Y entonces estas ahí frente
al espejo mirándote con tus carencias y
desperfectos, lleno de cosas que has
coleccionado en tu inmaduro camino al éxito.
Estas ahí en el
espejo con una cara larga llena de arrugas, con menos cabello que antes, con
nuevas preocupaciones, sin ecos, sin canciones, sin abrazos profundos , estas ahí
confrontándote, tomas una botella de tequila y la arrojas al cristal , se ha
roto como el cliché más sensacional de una película dramática , los vidrios
sobre el suelo reflejan tu profunda tristeza, no sabes por qué, analizas tu
realidad y no has fallado en nada, pues siempre fuiste bueno, leal, amigo,
amante, honesto, hijo, trabajador, libre, cuerpo y alma, justo lo que
necesitabas ser un poco de todo y a la vez nada.
Insisto piénsalo bien,
imagínate que eres la persona que siempre ha soñado; pero la vida te dice, no,
no es por ahí, nuevamente te has equivocado
pero yo te he dado la oportunidad de que creas que eres feliz, para que sientas
esa chispa de adrenalina que te hace querer comer al mundo, y lo estás haciendo, te estas comiendo el
mundo, con todo y gente, con todo y sentimientos, con todo y extrañas
realidades, te subiste a una máquina de alto poder y en ti se sentó al lado ¿quién
crees?, tu viejo amigo “EL Ego” , ¿lo recuerdas?, que bien te hacía sentir, caíste
en su trampa de falsa felicidad y absoluta vanidad, te creías libre pero te
volviste libertino, te decías romántico pero eras abusivo, te proyectabas
compasivo y fuiste alevoso , te engañó una vez más, y en su necesidad de drogarte a diario supo cómo
hacerlo; y mírate tu transformación no fue verdadera.
Y así de frente a
lo que ya no es espejo y se le llama vida, sacudí esa terrible energía de falso
triunfador , de dudoso profeta, me di cuenta que seguía en el mismo camino el
de “Querer Ganar”, vaya que si es adictivo!! , supongo que a estas alturas en
realidad perdí más de lo que gané, el frio me sabe a hielo, mi Diciembre me
trae recuerdos que rompen por dentro mi alma, mi ego.
Hoy me doy cuenta
que en realidad nunca he sido ganador, no conozco el sabor de la victoria, ni
siquiera sé cómo se siente vivirla. Este año la vida me ha enseñado la lección más
fuerte , hoy he aprendido a perder, a reconocer la ficción individual sin límites, hoy agradezco la oportunidad de estar aquí,
de respirar a lo que sabe la gente, de saborear a lo que huele el café , hoy sonrió
con una extraña melancolía, como la que aparece cuando pierdes pero sabes que
hiciste lo mejor, aunque lo mejor solo fue lo peor , y aunque lo peor fue lo
mejor que pudiste haber hecho .
Hoy vida perdóname
por creerme triunfador, y te agradezco por volverme perdedor, para saber que en
la derrota esta la sinfonía de un bello silencio personal, casi igual como el
que emana todo el manto estelar.
Y Tu que hoy
sientes que estás perdiendo, que la vida se te anda escapando, que el amor del
bueno se ha fugado, que nada avanza y que en un estado intermitente de risas y
llantos se ha manifestado tu ser, entiéndelo, es un entrenamiento, ese que
pocos tenemos la dicha de vivir, la
vida, le ha gritado a tu alma, que necesitas perder, pues cuando reconozcas el
sabor de la victoria, será infinitamente placentera que justo en el momento que
la obtengas lo mejor de todo, es que tendrás con quien compartirla.
Gracias Vida Por Todo.
Que Estés Bien,
Feliz y en Paz
Ya quedamos :)